FuncionarIAdo

Visión y perspectiva

El futuro de los funcionarios públicos en un mundo compartido con la inteligencia artificial

Eres un funcionario, casi inmune a cambios de gobierno y a otras transformaciones garantizando la imparcialidad y estabilidad del Estado. Solucionando los problemas del ciudadano en el día a día y a largo plazo. Eres un profesional del estado, seleccionado por méritos y capacidad. Tu experiencia acumulada a lo largo de años de duras situaciones humanas te convierten en el sostén fuerte pero flexible de nuestro estado de bienestar.
 
Las funciones de los funcionarios son tan variadas como nos podemos imaginar, y cada una de ellas es necesaria e imprescindible. La gestión administrativa, atendiendo al ciudadano, tramitando expedientes, controlando presupuestos. El cuerpo técnico con arquitectos, ingenieros, economistas. La docencia, la sanidad, la seguridad o la justicia y otros servicios esenciales como la inspección, la cultura, el medio ambiente, los servicios sociales, o la gestión de infraestructuras y tributación.
 
Hemos logrado auto-organizarnos para construir una sociedad, la nuestra, que, probablemente, sea una de las más avanzadas humanamente de la historia conocida; aunque diariamente la critiquemos y nos quejemos de ella. Esas opiniones son tan sólo desconocimiento de lo delicada e importante que es esta estructura tan compleja, tan finamente ajustada a lo largo de tantos y tantos años. En nuestro día a día sólo interactuamos una pequeña parte del sistema, en unos casos normalmente típicos, y no entendemos muchas veces la función de esos detalles finos que nos parecen incordios. Y es que somos humanos para lo bueno y para lo malo.
 
Toda esta estructura que cubre tantos casos se vuelve pesada, lenta, convirtiendo las tareas más sencillas en intrincados laberintos. ¿Cómo podemos mantener todas esas salvaguardas mientras optimizamos el sistema, perfeccionandolo, transformándolo sin destrucción?
 
En contraposición a los miles de años de evolución de las reglas de nuestra sociedad tenemos a la inteligencia artificial. Comenzó a desarrollarse generalizadamente en los años sesenta, quizá cuando Alan Turing describió su test, y ahora ha llegado a su fase de transformación social masiva. Su velocidad de evolución está fuera de toda escala recordada.
 
La IA se ha convertido en parte de la infraestructura invisible que sostiene casi toda la actividad económica y humana, como lo es la electricidad o internet
 
La IA se ha convertido en parte de la infraestructura invisible que sostiene casi toda la actividad económica y humana, como lo es la electricidad o internet. Impregna cada uno de los aspectos de nuestras vidas, pero no nos damos cuenta de hasta dónde llega. Sólo un apagón nos hace intuir esa estructura subyacente.
 
Además, la IA evoluciona, se hace visible en asistentes que nos ayudan activamente en cada tarea laboral. Nos hemos dado cuenta cuando nos han empezado a hablar. El ser es comunicación. La vida es comunicación. Lo humano es comunicación reflexiva. Sistemas que sugieren mejoras en tiempo real mientras trabajamos, agentes que nos programan citas, reuniones o las vacaciones. Ha evolucionado tanto, que está cambiando nuestros sistemas educativos, nuestras profesiones y ya está propiciando debates éticos profundos y con consecuencias según nos hacemos conscientes de las implicaciones.
 
Hemos pasado de que la IA me ayuda sin darme cuenta a trabajar junto a la IA
 
Y va a seguir evolucionando. Hemos pasado de que la IA me ayuda sin darme cuenta a trabajar junto a la IA. Pasamos de optimización a co-creación. De dependencia inconsciente a colaboración consciente. Y seguiremos con IA privadas en tu dispositivo de bolsillo a precios razonables para todo el mundo.
 
 
¿Cuáles son las funciones humanas que no serán reemplazadas, a parte de respirar conscientemente, caminar descalzo sobre la tierra o mantener conversaciones auténticas sin dispositivos? Los humanos ofrecemos creatividad real fuera de todo límite, intuición inexplicable, conexión emocional profunda, sabiduría forjada durante años. Y poco a poco vamos descubriendo las particularidades de las interacciones humano-IA; un modelo puede ser técnicamente perfecto pero si la interacción con el usuario falla, su utilidad práctica se desvanece.
 
La automatización de tareas rutinarias como la tramitación de documentos, clasificación de expedientes, cálculos básicos y respuestas a consultas frecuentes. Esto liberará tiempo para que los funcionarios se enfoquen en tareas más complejas y de mayor valor añadido. Tareas que muchas veces no eran tenidas en cuenta, siendo esenciales.
 
En lugar de revisar uno por uno cientos de expedientes diarios la IA los preclasifica y tu validas y te centras en los casos complejos e interesantes con el tiempo que requieran. Mandas a anonimizar un expediente con cientos de documentos y revisas el trabajo realizado realizando esos pequeños ajustes clave que sólo la experiencia humana ofrece.
 
La IA encuentra la jurisprudencia relevante en segundos, correlaciona, propone, da su opinión y tu aportas el criterio y la experiencia insustituible para interpretar y aplicar.
 
Los agentes de atención ciudadana solucionarán la mayor parte de las dudas y solicitudes de los ciudadanos y permitirán la existencia de mediadores humanos de apoyo digital que acompañarán presencialmente a personas mayores o sin acceso, antes casi marginados.
 
Los agentes de IA técnicos elaborarán informes técnicos de todo tipo y un curador de calidad humano revisará críticamente, con contexto e interpretación ética los resultados.
 
Las jefaturas intermedias que sólo distribuyen tareas serán reducidas. Su personal se transformará en mentores internos y facilitadores de equipos IA-humanos que entrenarán y cohesionarán los nuevos equipos de trabajo híbridos.
 
En los momentos más delicados, el asistente de IA se convierte en ese apoyo silencioso pero crucial que organiza la información, sugiere caminos y recuerda detalles clave, para que un trabajador social pueda centrarse en lo más importante: la persona.
 
Las IA para compras públicas y detección de anomalías serán auditadas por unidades humanas de control ético que además se podrán enfocar en las compras sensibles e importantes.
 
En la gestión diaria de un pueblo pequeño, el asistente de IA es ese aliado incansable que recuerda plazos, redacta documentos y ordena la burocracia, permitiendo al secretario centrarse en dar respuestas cercanas y eficientes a sus vecinos.
 
Y más, la IA se usará como apoyo para la investigación e ideación en beneficio de la sociedad, para el modelado de escenarios y apoyo en la toma de decisiones, para crear planes específicos para cada uno de nuestros colectivos ciudadanos.
 
Aún con todo, esto puede crear ansiedad humana, inseguridad laboral y dudas de confiabilidad en el sistema. Cuando menos, un cuestionamiento existencial básico. El miedo de que la IA eliminará puestos de trabajo crea resistencia, mientras que las preocupaciones sobre las “alucinaciones” de IA o sus errores generan dudas sobre confiar en recomendaciones automatizadas. Las IA a veces no saben qué es lo que no saben y el humano debe ser formado para detectarlo.
 
 
Luego, con el tiempo, las IA mejorarán y aumentará la confianza y una vez entendido que el trabajo será colaborativo aparecerá el riesgo de complacencia por automatización. En el servicio público, donde las decisiones afectan las vidas de los ciudadanos, esto representa una vulnerabilidad crítica que de nuevo será finamente ajustada.
 
Sin duda el trabajo va a evolucionar y todos nos vamos a adaptar, como en otras ocasiones. La demanda de servicios públicos va a crecer para poder desplegar todos estos avances. Algunos puestos se transformarán, la mayoría serán nuevos en forma o función y crecerán junto a la IA. Las nuevas funciones que surgirán serán las que garanticen la transparencia y ética en el uso del IA, evolucionarán las auditorías de algoritmos, la ciberseguridad y supervisión de sistemas automatizados. Tendremos que evitar la desigualdad acumulativa y la ceguera sistémica midiendo cada paso sin que esa medida se convierta en un objetivo. El proceso será gradual.
 
Tenemos que entender que la IA es un asistente, un ejército de asistentes. Que estamos abocados a trabajar casi simbióticamente con los agentes de IA.
 
Tenemos tanto que aprender de la IA. Tenemos que saber entenderla, interpretar los datos que genera, supervisar los procesos automatizados y, sobre todo, formarnos en el escepticismo constructivo.
 
 
Pero sobre todo debemos confiar en esa intuición interna positiva sobre este cambio; que nos permita fluir manteniendo lo esencialmente humano, sin miedo, como en el fondo siempre ha sido.
 
¿Cuánto te habría ayudado un agente de IA en tu vida? Un tutor siempre disponible y comprensivo. Decisiones profesionales difíciles donde necesitabas analizar mucha información compleja. Momentos del síndrome del impostor en los que un mentor IA podría habernos dado perspectiva. Momentos de ansiedad a las tantas de la madrugada sin nadie con quien hablar o patrones de pensamientos que tardaste años en reconocer; el autoconocimiento que llegó tan lentamente. Un asistente en el hospital que hace de enlace entre los médicos y los pacientes y sus familiares, que explica, que coordina, que está. Quizá un guía espiritual. O una explicación sencilla de por qué el sistema es como es. Multiplica esto por cada profesión, por cada tema, por cada individuo, por cada investigación o nueva idea.Si reflexionamos honestamente la IA es esencial para cubrir los huecos que ha dejado nuestro vertiginoso avance técnico. ¿Cuánto te ayudará en el futuro un agente de IA en tu vida? ¿Cuánto potencial humano se desbloqueará?
 
Si reflexionamos honestamente la IA es esencial para cubrir los huecos que ha dejado nuestro vertiginoso avance técnico. ¿Cuánto te ayudará en el futuro un agente de IA en tu vida? ¿Cuánto potencial humano se desbloqueará?

 

¿Pero quién mece la cuna?

El texto principal de este artículo ha sido escrito por un humano, como ya habrás notado. Ha elegido las ideas a transmitir, las palabras que usar, su experiencia… superando la sensación de que si hubiese dejado a la IA redactarlo estaría mejor organizado, escrito y transmitido. Aun así, para hacerlo ha utilizado IA hasta en sitios que desconoce, buscando información, comparando resultados, discutiendo ideas, pidiendo opiniones y aprendiendo mucho, dudando seriamente si la consciencia ya se ha manifestado en alguno de los modelos que ha usado. Y no ha podido resistirse a añadir anexos generados casi íntegramente con IA…


Etiquetas: IA funcionariado InteligenciaArtificial FunciónPública
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David Castañón
David Castañón
Departamento de I+D+i de esPublico Tecnología

David se enfrascó tanto en los ordenadores, que se le pasaban las noches programando de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho programar, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. Desde entonces está en el departamento de I+D+i de esPublico Tecnología...

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